La tercera y última es la peor de todas. The Fate
of the Furious (o Rápido y Furioso 8). ¿Qué peor que traicionar a
quienes están a tu alrededor por un bebé que termina robándose toda la
película? Ah, claro, aliarte con tus antiguos enemigos para poder rescatar al
beibi.
¡Vamos! No puedo creer que estas películas hayan gastado tanto
presupuesto en algo que definitivamente no tiene nada que ver con las películas
anteriores. ¿Mover un misil con la mano? Pan comido. ¿Hacer que cientos de
autos caigan de un edificio? Puff, no es nada. En serio que estas
películas pasaron de persecuciones policiales de las buenas a los agentes
secretos de nosequé agencia extraña. El humor se siente forzado y
la Roca pasó a ser un personaje cómico más que alguien con importancia (como
lo fue en la quinta entrega). La película no está malísima, pero perdió
todo el espíritu de las anteriores. En serio que es una decepción
de desenlace, y qué ganas de volver a las antiguas carreras de autos.
En fin, le dí 2/5 estrellas. No me va ni me viene. Punto
final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario